
De chico aprendí que los actos de maldad me llevarían al infierno…y de grande comprendí que en realidad…ya vivía en él. Donde curas abusan de niños y donde la iglesia calla a los ya callados; donde se oculta, entre las ropas de las tinieblas, los recuerdos de épocas nefastas; en donde los hombres mataban en nombre de Dios, con una cruz en su discurso; expandiendo el poder de la santa sede por el mundo; burlándose del Padre y utilizando su santo nombre como escudo.
Bienvenidos al infierno de las drogas, en donde el paco adormece y a los inocentes y solidifica sus almas con poxiram…donde solo se enriquecen los de arriba y donde nos vemos morir y no hacemos nada. La droga nos hace volar a todos, tanto al consumidor como al atónito expectante; que se da cuenta del infierno y dice vivir en la eternidad.
Bienvenidos al infierno de la pornografía, en donde el sexo se impone como ritual y el amor sede espacio a la lujuria. Donde la perversión se ufana de ser modelo, y la pedofilia y la prostitución charlan libres por las calles; hablando de actualidad y analizando nuestras vidas desde la cama.

¿Y Ud. padre me dice que por mis creencias me voy a ir al infierno?...Padre: ya vivimos en él. El diablo se pasea por las calles dentro de cada uno de nosotros. El bien y el mal pelean en el alma y el trofeo es nuestra libertad. El infierno es el castigo a nuestra propia humanidad. El infierno no existe, se lo vive en la realidad.
WELCOME TO HELL!!!!!!!!!!!!!!