Como una estrella fugaz me desvanezco en instantes; como un rayo tormentoso ilumino segundos el firmamento, para embellecer la tormenta y que no parezca tan oscura. Como el grito en el silencio que anuncia la agonía de la calma; me transformo en un sueño que en realidad está soñando otro.
Me desvanezco en segundos ante la irrealidad de mis actos; colapso fugazmente en mi sentimiento adormecido; me muero mientras vivo, y vivo tan fríamente como un muerto.
La libertad en mí, se vive izando; y la soledad es el miedo funesto, que jamás se arría. Me escapo de mí mismo y de los que me abrazan, por miedo a no poder llevarlos en mi viaje solitario. Me voy para nunca dejar de irme, y dejo un olvido tan grande que hace imposible el regresar.
La noche es toda oscura y yo me siento parte de ella; la oscuridad llama a la nada, y la nada llama a no estar. Como la brisa del verano; como la melodía perfecta; como una caricia mágica…yo soy así de fugaz. Un instante que no muere, sino que cobardemente se suicida.
Soy el futuro del pasado y casi no soy presente. Como el segundo efímero me desvanezco; como el agua entre los dedos siempre me escurro; como la estrella en el cielo nunca me alcanzo. Como el aire que está, pero no se ve; como la tierra se mueve, y nadie lo nota; como los errores de Dios para los que siempre hay excusa.
En soledad me acompaño y a la compañía le escapo, por miedo a compartir mi compañía. Soy un mar de lágrimas disfrazado de sonrisa; soy pura alegría disimulando mi tristeza. Soy mil definiciones sin que ninguna me defina. Soy tan irreal como un fantasma; que hace miles de años existe, sin existir en realidad.
Un corazón que ya no late, para así no poderse habitar; una receta incoherente, que nadie puede cambiar. Un espejo mal pulido, donde poderse mirar.
Me desvanezco en segundos para dejar de existir. Y me muero en silencio sin poderme compartir.
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