El mundo va hacia un horizonte
diferente, un destino distinto; como si nos quisiéramos evadir del camino
estipulado por la historia evolutiva y quisiéramos escribir una historia nueva,
un camino alternativo lleno de incertidumbre y desconcierto.
Hoy ya la unión entre el hombre y
la mujer no es lo cotidiano; hoy contraer matrimonio no es lo cotidiano; hoy
hablar de “la familia” constituida como ha sido concebida desde el inicio de
los tiempos no es lo cotidiano; hablar de valores y principios no es lo
cotidiano…hoy embebidos en ideas revolucionarias, que nada tienen de evolución,
nos desbarrancamos en una epopeya de progresismos liberales que solo llevan a
confundirnos, a desviarnos, a entretenernos, a obnubilarnos. A llevar el andar
de una sociedad en bancarrota hacia el destino inevitable: el fracaso.
¿Donde estará el objetivo último
de los titiriteros del sistema? ¿Cuál será la finalidad de dividirnos, de
separarnos, de evitar la común-unión de la sociedad? ¿Será que al separarnos
nos pueden dominar? ¿Será que divididos nuestros gritos pasan a ser una minoría
que puede ser soslayada? ¿Será que juntos ponemos en riesgo la solidez de un
sistema que solo nos lleva a la autodestrucción? SERÁ, SERÁ, SERÁ??? Y MIL
PREGUNTAS SIN RESPUESTA.
La familia agoniza a causa de una
balacera propiciada por un sistema que se esmera día a día en destruirla. Propugnando
un matrimonio igualitario que nada tiene de familia; propiciando y
promocionando la homosexualidad para no sé bien que fin. ¿Será control de la
natalidad? Por otro lado, se pugna y publicita una vida en soledad, donde
hombres y mujeres viajan por el mundo solos y así se enorgullecen de vivir. ¿Cómo
vivir solos, si somos seres en sociedad? ¿Cómo viajar por el mundo solitarios,
si fuimos creados para interrelacionarnos? ¿Cuál será la finalidad de no querer
que seamos dos?
Lo peor, no es que el sistema nos
subestime, nos humille, nos recluya, nos aleje, nos separe, nos despersonalice…lo
peor, es que aplaudimos esa nueva tendencia de autodestruirnos. La bobada
aplaude la movilización antihumana de incomunicarnos. Los idiotas, disfrazados
de braverio se inundan de argumentos que solo atentan contra ellos mismos. Los funcionales
a la destrucción, sin saberlo, gritan enardecidos a favor de un sistema que los
despersonaliza; los lleva a un estado sub-humano en donde crear una soledad
necesaria para desarrollarse es la moción con más votos.
Son los estúpidos funcionales, la
escoria de la sociedad, que broncoaspirados en su propio vómito revolucionario narcisista
se flagelan a sí mismos en pos de liberarse. Agonizan, en las mentes de estos
zombis enajenados por la idiotez del mundo circundante, las ideas de libertad. Libertad
es ser contestatarios a los valores y principios acumulados por nuestros antecesores;
y emborrachados en neo-ideales absurdos repeler las normas impuestas por la
historia, y desarrollar una falsa moral, irresponsable, e irreal…donde el único
fin es liberarnos de lo antiguo, para encadenarnos y condenarnos a muerte, con
ideas que solo llevan a una involución segura.
El mundo se divide entre los
neutros, los estúpidos y los que callan. Desgraciadamente los estúpidos parecen
ser mayoría, ya que del otro lado no hay oposición. El miedo a ser
discriminados por una minoría que enarbola las banderas de la discriminación,
es tremendo. Estos inadaptados, patoteros y autoritarios nos colapsan los
espacios y nos obligan a callar. La defensa de la FAMILIA es tildado siempre de
homofobia; defender los valores de nuestros padres es ser pacato, retrógrado o cavernícola.
No ser funcional a la estupidez del mundo es ir en contra de un sistema, que
fabricó ejércitos de idiotas. Ejércitos de pusilánimes que contaminados con el
veneno del progreso nos hunden en la miseria de los antivalores.
Los que callan no son culpables…pero sí
cómplices. Cómplices de la destrucción de un formato de sociedad que es el
correcto. La manada de tontos progresistas es tan grande…que la batalla está
perdida. ¿Hacia dónde vamos?…no lo sé. El horizonte es incierto. Pero los
resultados no van a ser buenos si nos reciben separados y divididos en miles de
gritos que solo gritan y no llevan a ningún lado.
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