Volverán alguna vez las
golondrinas que se fueron cuando Bécquer dejó de amar. Y con ellas se
reconstruirá la ausencia que tanto admiraba Neruda, y ya no habrá poetas que
puedan escribir más versos tristes. Algún día volverán a sonreír los adultos
más que los niños, y jugar será el mejor de los negocios.
Algún día los viejos dejarán de
ser ancianos y volverán a ser los hombres más sabios de la humanidad. Las canas
se dejarán de teñir y los años se acumularán como experiencia y no como vejez.
Envejecer será un privilegio que te hará sabio y los niños pasarán horas
escuchando las anécdotas de los abuelos que ya nunca tendrán que callarse ante
la prepotencia de los que adolecen adultez.
Quizás pronto el mundo deje de
subdividirse tanto y concluyamos que unidos somos más humanos. Que siendo
clanes solo profundizamos más unas diferencias inexistentes que lejos de
llevarnos al progreso, nos hunden en la miseria de la soledad evolutiva. Donde
solo los que pueden se adelantan; y donde el arriba y el abajo cobran sentido.
Quizás mañana el ayer deje de
marcarnos el camino y sea el futuro el alimento de nuestro presente. Donde ya
las religiones dejen de ser la luz de las cavernas y Platón ya no sea famoso
por sus alegorías. Mañana Dios no será el culpable de todas las reglas y su
nombre ya no será tomado tan en vano; ya que el hombre se dará cuenta que Dios
no puede ser una creación humanizada. Y mañana la humanidad reivindicará a
Nietzche como un progresista evolucionado y ya no como un loco subversivo.
Mañana ya no será ayer y el hoy
será un presente con mil posibilidades a descubrir; un camino, una meta, un
atajo y un recuerdo que se había olvidado y nos volvió a sorprender. Y así
crecer mientras rejuvenecemos y ya no envejecer mientras crecemos. La vida no
se irá, sino que todos los días vendrá a despertarnos y a darnos el empujoncito
necesario para intentarlo hasta el cansancio. Y la muerte será ese amigo que
siempre uno quiere ver y por una cosa u otra pospone.
Mañana ya no habrán promesas de
eternidad, sino de un continuo continuar. No se muere, sino que se trasmuta. Y
si se muere ¿qué? Si se vivió es lógico la muerte, o será que de la mano de la
parca nos llaman las cosas pendientes.
Algún día las ideas no se
intentarán matar; ya que la muerte es para los hombres y no para los ideales;
como las flores hacen a la primavera, pero lejos están de sustituirla. Algún
día los pobres serán aquellos ricos que inundados de riquezas se ahogan en
abundancia. Algún día el dinero no será lo que nos abrume, sino que la moneda será
el amor; y todo se pagará con un beso de tus labios. Algún día el hombre dejará
de serlo, para ya no ser humano y evolucionar a una especie que no se aniquile
a sí misma.
Tal vez estas líneas sean leídas
alguna vez y me den el título de “hombre evolucionado”, como alguna vez lo
tuvieron muchos, que tildados de locos y olvidados, hoy son recordados como
sabios. Tal vez algún día me recuerden…tal vez algún día me lean…tal vez algún
día no sea tarde…tal vez algún día sea hoy devenido en mañana. Tal vez mañana
yo siga estando aquí.
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