domingo, 12 de octubre de 2008

LAS MANOS

Que Dios bendiga las manos de mi pueblo…
Las manos del trabajador que día a día bajo soles asfixiantes, tormentas impiadosas, fríos de verano e inviernos congelantes…sale a ganarse el pan para su familia; y trabaja con la frente bien en alto, reconociendo lo digno de su esfuerzo. Manos que ya están bien planas y percudidas de tanto trabajo, pero que han servido para jamás tener que pedirle nada a nadie y que ellas solas consiguieron todo lo que se consiguió hasta el hoy. Manos que gritan basta y a la vez, bien apretadas, piden a gritos continuar.
Las manos de cada docente que todos los días se levanta con una nueva y hermosa tarea: edificar en el niño del hoy el hombre del mañana, que será quien construya el futuro para todos. Manos que se quiebran de tanta tiza; manos que acarician el hambre y la soledad y siempre roban una sonrisa. Manos que miman, retan y educan.
Las manos de los políticos para que ellas actúen siempre buscando el bien común y no desconociendo la derecha el proceder de la izquierda y viceversa. Manos que dirigen los intereses de un pueblo que parece ser muy poco interesante, ya que estas manos hoy se ocupan muy poco de esas manos que las hicieron llegar a donde hoy están.
Las manos de los médicos para que ellas puedan promocionar la salud y prevenir la enfermedad. Curando el alma del paciente y no ya tanto su patología. Que esas manos lleguen algún día a gritar que el SIDA y el Cáncer tienen cura. Y decir gustosas que todas juntas vencieron lo hasta hoy invencible.
Las manos de los niños ya que en ellas están escritas las páginas del mañana y el futuro duerme incierto sobre la palma de cada niño que hoy solo quiere jugar. Manos que ojeen libros y se esfuercen en progresar; que trabajen más que arduamente en mejorar este mundo lleno de defectos que les dejamos.
Las manos de los abuelos que son los encargados de educar subliminalmente a esas almas del mañana, para que ocultas en cuentos fabulados y entremezclados entre historias de antaño viajen miles de moralejas y principios…que esos hombres aun no hombres incorporarán sin darse cuenta.
Las manos de las mujeres y sobre todo de las madres…son ellas las encargadas de sembrar amor por el mundo y proteger ese costado tan frágil del hombre; al que solo puede llegar una mujer y al que no hay cura más eficiente que una caricia femenina.
Que Dios nos bendiga las manos…manos que trabajan, que educan, que enseñan, que gobiernan, que curan, que crecen, que acarician, que saludan, que nos acercan…Que Dios bendiga las manos de mi pueblo....