
Hoy es el día perfecto para pedirle a Dios un millar de deseos que se acantonan en mi corazón y que he decidido expulsar. Pido paz, mucha paz; pido salud, para mí y para los míos; pido amor, toneladas y toneladas del más puro amor; pido trabajo, para ganarme el pan de todos los días con el sudor de mis esfuerzos; para saborear el cansancio que me convierte en un trabajador; para sentirme orgulloso de mi trabajo y saber que es él el que me hace un hombre digno. Pido humildad, sencillez, honestidad, fortaleza, perseverancia…y pido tener un espíritu indomable, para jamás claudicar ante quien así lo quiera.
Hoy es el día marcado para mirarte a los ojos y decirte cuanto te quiero; decirte que no hay pasado, ni futuro…solo hay hoy. Solo hay ganas de crecer, de mirarte y reflejarme en el brillo de tus ojos; de ilusionar una eternidad juntos que dure siglos en segundos.
Hoy es el día elegido para agradecer todo aquello que tengo y a veces no valoro. Agradecer a Dios por mi familia, por mis amigos, por mi carrera, por mil amores que se fueron con el tiempo, por mil recuerdos de niñez que hacen de mí un niño con voz de hombre. Agradecer a la vida por mi vida; a la integridad de mi espíritu por haberme dado las fuerzas para llegar hasta donde hoy he llegado y rogarle que me de más, para nunca detenerme. Gritar al infinito gracias por todas las cosas simples que uno nunca se percata de tenerlas: lo simple de un techo, de una cama, de no conocer el frío, ni el hambre, ni la soledad, ni la tristeza en serio…lo simple de escuchar muchas veces un “te quiero”, de querer y siempre lograr lo propuesto, de despertarme cada día y decir “ayer fui feliz, espero hoy serlo también”. De ser feliz sin darme cuenta, ni tener que hacer nada para serlo.
Hoy es el día indicado para decirle basta a la injusticia, a la inseguridad, a la obsecuencia, a la hipocresía, a la falsedad, a la intolerancia, al egoísmo, a la corrupción, a la mentira, a la censura, a la represión, y a tanta mierda que por milenios nos ha cagado la vida.
Hoy es el día elegido para empezar de cero, para arrancar de nuevo, para cambiar desde el centro y para volver sin nunca haberme ido…hoy es el día perfecto...en el hoy se escribe el mañana y es en el hoy donde se lee el ayer.
Cuando desafiantes me pregunten “¿Cuándo es el día?”…siempre diré: el día es HOY.