Aunque el mundo este en tinieblas y todo el mal se esparza en el firmamento; en algún lugar del mundo el sol brindará sus rayos a los que los reciban y las flores florecerán para aquellos que las quieran ver.
No hay tormentas que duren mil años, ni masacres que sean eternas…solo queda un turbio recuerdo, que obnubila las memorias de los que no paran de recordar. Recuerdos que asesinan las almas de los masacrados y que dejan tatuajes de odio, miedo y resentimiento sobre aquellos que sus espíritus no pueden olvidar.
La muerte que nos da toda la vida de ventaja; la enfermedad que sabe que es parte nuestra; el mal que se siente dueño de este funesto mundo; y una vida tan llena de muerte acaba de caer en depresión. La naturaleza que respira cansada y que se siente que ya no puede más ante el avance del destructor de todo lo creado; exhausta pide ayuda a su creador que defendiendo las libertades otorgadas a su mejor creación parece darle la espalda.
Pero NO SIEMPRE LLOVERÁ…un día nos vamos a dar cuenta de todo el mal que por idiotas estamos provocando; un día dejara de haber muertes y se convertirán los asesinos; un día la muerte será parte de la vida y todos le dejaremos de temer. En algún momento la mala noticia no será “miss popularidad” y los diarios no tendrán más que contar buenas nuevas.
Un día los huracanes serán brisas que acaricien la faz de los ya no oprimidos; no habrá enojos de la naturaleza y todos trabajaremos para mejorar el calentamiento global. Un día se extinguirán las guerras y el pueblo más idiota del mundo dejará de invadir ciudades. Un día Israel dejará de disculpar sus bombardeos con persecuciones de antaño y dejará de hacer lo que una vez le hicieron. Ojala algún día dejemos de cometer crímenes en nombre de Dios.
NO SIEMPRE LLOVERÁ…lo hermoso de la vida se esconde en una flor, en una montaña, en un abrazo que no pide sexo, en un “adiós” que es un hasta luego. No hay tormenta que dure mil días, ni mundo que aguante este ritmo agonizante.
Quizás cuando ya no haya víctimas, se terminen las masacres; quizás cuando no haya muertos, se extingan los asesinos; quizás ya sin el sol, no haya más oscuridades; quizás cuando todo se acabe se pueda volver a empezar.
No hay tormentas que duren mil años, ni masacres que sean eternas…solo queda un turbio recuerdo, que obnubila las memorias de los que no paran de recordar. Recuerdos que asesinan las almas de los masacrados y que dejan tatuajes de odio, miedo y resentimiento sobre aquellos que sus espíritus no pueden olvidar.
La muerte que nos da toda la vida de ventaja; la enfermedad que sabe que es parte nuestra; el mal que se siente dueño de este funesto mundo; y una vida tan llena de muerte acaba de caer en depresión. La naturaleza que respira cansada y que se siente que ya no puede más ante el avance del destructor de todo lo creado; exhausta pide ayuda a su creador que defendiendo las libertades otorgadas a su mejor creación parece darle la espalda.
Pero NO SIEMPRE LLOVERÁ…un día nos vamos a dar cuenta de todo el mal que por idiotas estamos provocando; un día dejara de haber muertes y se convertirán los asesinos; un día la muerte será parte de la vida y todos le dejaremos de temer. En algún momento la mala noticia no será “miss popularidad” y los diarios no tendrán más que contar buenas nuevas.
Un día los huracanes serán brisas que acaricien la faz de los ya no oprimidos; no habrá enojos de la naturaleza y todos trabajaremos para mejorar el calentamiento global. Un día se extinguirán las guerras y el pueblo más idiota del mundo dejará de invadir ciudades. Un día Israel dejará de disculpar sus bombardeos con persecuciones de antaño y dejará de hacer lo que una vez le hicieron. Ojala algún día dejemos de cometer crímenes en nombre de Dios.
NO SIEMPRE LLOVERÁ…lo hermoso de la vida se esconde en una flor, en una montaña, en un abrazo que no pide sexo, en un “adiós” que es un hasta luego. No hay tormenta que dure mil días, ni mundo que aguante este ritmo agonizante.
Quizás cuando ya no haya víctimas, se terminen las masacres; quizás cuando no haya muertos, se extingan los asesinos; quizás ya sin el sol, no haya más oscuridades; quizás cuando todo se acabe se pueda volver a empezar.
Aunque nos cansemos de ver llover…hay que saber QUE NO SIEMPRE LLOVERÁ.
3 comentarios:
Entre lo poco que me queda para caer dormida vislumbro las palabras que me llevo para dar vueltas en mi almohada....
Un placer como siempre..
Besos
MUy lindo lo que escribiste mi amor!
me encanta , como todo lo que escribis
te quiero mucho Garrik!
carol
Me quedo con eso del final... a veces pienso que para cambiar(nos) habría que empezar de nuevo.
Habías pasado hace un tiempo por mi blog, pero como lo tenía abandonado nunca pasé a devolverte la visita.
Hoy sí :)
Mucho gusto :)
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