Hice el amor en el cuarto menguante de la luna; fabriqué amores de arena pegadito al mar creciente; inflé sensaciones con el aire más puro de mi imaginación; alquilé la traición al menos por unos segundos; jugué a las escondidas con lágrimas ajenas y aprendí que en todo lo que hice no había nada que aprender.
Hice melodías sin canciones cada vez que se me acababan las palabras; descansé a la sombra de los árboles que menos sombra tenían; fui a mil profesoras particulares para aprender a hacer el amor y creo que en todos los intentos falló la profesora. Lo único que aprendí es que en la vida hay cosas que ni se enseñan, ni se aprenden.
Hice siestas eternas entre los brazos del placer y siempre desperté de sueños que sin quererlo compartía; hice amores que me odiaron por no amarlos; fui el arquitecto de miles de sueños que luego dejé de soñar abandonando a la deriva al soñador. Aprendí a matar sin querer ser un asesino; y a soñar sueños sin querer ser un soñador.
Aprendí a hablar más fuerte que mis sentimientos; a gritar más que mis deseos; a reír cuando tenía ganas de llorar; a sonreír aun estando triste y a perderme cuando me querían encontrar. Aprendí miles de cosas, que en realidad no debí haber aprendido.
Hice días en las noches y noches que aunque quisieron jamás fueron días; hice himnos y banderas que identificaban a otros países que nunca sentí míos; hice muchas cosas que no debí haber hecho tan solo buscando aprender eso que ni se enseña, ni se aprende.
Hice malabares con los “te quieros” que escuché y fui trapecista en la cuerda del amor. Me suicidé con un tiro de frialdad, me corté las venas con las palabras más bonitas que jamás pronuncié y me envenene con el daño que cause sin querer causar. Hoy aprendí a que ya no quiero aprender, que hay que dejarse ser para que la vida sea la única docente, y de ella aprender lo hasta hoy no aprendido.
Hice tantas cosas y a la vez tan pocas que temo haber estado perdiendo el tiempo en gran parte de mis días; hice un paraíso y un infierno sin hacer en definitiva ninguno; hice sin hacer; aprendí sin aprender; y viví de sueños siempre queriendo despertar…Hice tantas cosas que creo que la única que hice bien fue conocerte…hoy aprendo de la vida lo que ella me quiera enseñar…hoy aprendo a enseñar y hoy me enseñas a aprender.
Hice melodías sin canciones cada vez que se me acababan las palabras; descansé a la sombra de los árboles que menos sombra tenían; fui a mil profesoras particulares para aprender a hacer el amor y creo que en todos los intentos falló la profesora. Lo único que aprendí es que en la vida hay cosas que ni se enseñan, ni se aprenden.
Hice siestas eternas entre los brazos del placer y siempre desperté de sueños que sin quererlo compartía; hice amores que me odiaron por no amarlos; fui el arquitecto de miles de sueños que luego dejé de soñar abandonando a la deriva al soñador. Aprendí a matar sin querer ser un asesino; y a soñar sueños sin querer ser un soñador.
Aprendí a hablar más fuerte que mis sentimientos; a gritar más que mis deseos; a reír cuando tenía ganas de llorar; a sonreír aun estando triste y a perderme cuando me querían encontrar. Aprendí miles de cosas, que en realidad no debí haber aprendido.
Hice días en las noches y noches que aunque quisieron jamás fueron días; hice himnos y banderas que identificaban a otros países que nunca sentí míos; hice muchas cosas que no debí haber hecho tan solo buscando aprender eso que ni se enseña, ni se aprende.
Hice malabares con los “te quieros” que escuché y fui trapecista en la cuerda del amor. Me suicidé con un tiro de frialdad, me corté las venas con las palabras más bonitas que jamás pronuncié y me envenene con el daño que cause sin querer causar. Hoy aprendí a que ya no quiero aprender, que hay que dejarse ser para que la vida sea la única docente, y de ella aprender lo hasta hoy no aprendido.
Hice tantas cosas y a la vez tan pocas que temo haber estado perdiendo el tiempo en gran parte de mis días; hice un paraíso y un infierno sin hacer en definitiva ninguno; hice sin hacer; aprendí sin aprender; y viví de sueños siempre queriendo despertar…Hice tantas cosas que creo que la única que hice bien fue conocerte…hoy aprendo de la vida lo que ella me quiera enseñar…hoy aprendo a enseñar y hoy me enseñas a aprender.
1 comentario:
Otra vez , muy lindo lo escrito.
Como siempre , un placer leerte.
Saludos !
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